Eres el niño mimado de la providencia; lo tienes todo: fortuna, inteligencia, posición social, salud y belleza. ¡Ah, señor vanidoso, ya veo que esto te gusta!, ¿verdad? Eres guapo y lo sabes. Y sin embargo, con todas estas dotes maravillosas te limitas a recorrer perezosamente el mundo y, en vez de un hombre excepcional, como prometías ser, te has convertido en...