Leo nunca podría haberse imaginado que al despertar se encontraría completamente solo. No había personas caminando. No había niños jugando, ni mascotas corriendo, no había siquiera autos circulando, pero sobre todo, no había ruido alguno. Nada salvo el viento.
Su esposa, su hija, sus conocidos… Todo rastro de vida se había esfumado.
Con sus ropas abandonadas como única pista, Leo luchará no solo para desvelar el misterio oculto tras la súbita desaparición, sino también para sobrevivir en el desolado nuevo mundo, donde cada decisión tomada podrá acortar o finalizar su vida.