Los alumnos necesitan sentirse apreciados, valorados, tener un propósito elevado en la vida. Como educadores, debemos ser personas apasionadas por el futuro y por quienes pueden construirlo: nuestros hijos. Hemos de proporcionarles la mejor plataforma posible para tener aspiraciones en la vida, lograr alcanzarlas y poseer un profundo sentido de los valores.
Uno de los rasgos más poderosos de un centro educativo de éxito es su sentido de la expectativa. Desarrollar una cultura poderosa y positiva no ocurre por casualidad, requiere un esfuerzo continuo y resiliencia. La innovación es una cultura impulsada por toda la comunidad educativa.
Por eso la intención de este libro es despertar el debate y la acción hacia el cambio educativo por parte de docentes, padres, cuidadores o cualquier persona con interés por la educación, que quiera implicarse en su mejora. Juntos podemos lograr un cambio en la educación y hacer que resulte relevante, significativa para nuestros jóvenes.