Si entonces, cuando salgas de escena, abandonando todas las otras cosas, honras solo a tu principio rector y a lo divino que hay en ti177, si no temes tener que dejar de vivir alguna vez sino, más bien, no comenzar nunca vivir según la naturaleza, entonces serás un hombre digno del universo que te ha generado y dejarás de ser un extranjero en tu propia patria que se asombra, como si fuera algo inesperado, de las cosas que ocurren cada día y que depende siempre de esto y aquello.