Invertir no parece una forma de apostar, pero en el último tiempo algunos traders operan como jugadores compulsivos. Ciertos traders sufren dificultades familiares y sociales; otros, tienen incluso problemas con la ley cuando recurren al delito para continuar financiando sus operaciones. El trading no ha sido clasificado aún como un trastorno del juego, pero en muchos casos presenta aspectos en común con la ludopatía. Hace algunos años, el Council on Compulsive Gambling de Nueva Jersey afirmó sobre el trading: «Será la adicción al juego del milenio, sin duda». Con la pandemia, los aislamientos y la expansión de la actividad bursátil, el pronóstico se ha cumplido con creces. Muchos de los apostadores deportivos, atrapados en sus casas y con algo de dinero extra gracias a los cheques de estímulo entregados por los gobiernos, encontraron en el day trading una nueva y peligrosa forma de apostar.