En este cuarto volumen de Los indios de México, Fernando Benítez ha reunido a los otomíes del centro de México y a los mayas de la distante península de Yucatán. El libro cuenta la hitoria de dos plantas sagradas, el maguey que da el vino y el maguey que proporciona la riqueza del henequén, y de dos infamias paralelas. Detrás del maguey o detrás del café o del henequén o de cualquier planta valiosa, existe un cacicazgo que impone sus leyes.