Confió en sus promesas, pero lo único que le quedó a Margaret cuando él la abandonó después de hacerle el amor fue un alma vacía. Simplemente dejó una nota colgada en el refrigerador y desapareció. Tuvo que luchar con la soledad, la rabia y la tristeza para superar su pasado.
El alcohol se convirtió en un método para olvidar su dolorosa existencia. Todo mejoró cuando apareció el tipo de cura que hace más llevadero el dolor, y es que Andrew era el oasis en su desierto.
Años después vuelve todo aquello que amó alguna vez, y todo eso que amó tiene un nombre: James.