En tiempos de fascismo, todos somos disidentes. Y nuestras trincheras están en la Red.
Bradley Manning es un soldado raso que no quiso aceptar los crímenes de guerra como daños colaterales. Julian Assange es un informático que ha decidido hacer un trabajo al que los grandes periódicos han renunciado. Edward Snowden es un técnico informático que, ante la evidencia de un abuso contra los derechos de sus conciudadanos, decidió denunciar. Los tres son ciudadanos ordinarios que, enfrentados a circunstancias extraordinarias, decidieron cumplir con su deber civil. Las consecuencias para ellos no podrían ser más graves ni más reveladoras: son víctimas de una campaña internacional de descrédito personal cuya intención es convencer a los espectadores de que lo importante son las apariencias y no los hechos.
En cada oficina hay cientos de personas como ellos. Por sus manos pasan documentos secretos, algunos de los cuales necesitan salir a la luz. El Pequeño Libro Rojo del Activista en la Red es un manual para proteger sus comunicaciones, cifrar sus correos, borrar sus búsquedas y dispersar las células de datos que generan sus tarjetas de red, en el caso de que, al igual que ellos, usted decida arriesgarlo todo por el bien de su comunidad.