Marta Peirano

El pequeño libro rojo del activista en la red

Notify me when the book’s added
To read this book, upload an EPUB or FB2 file to Bookmate. How do I upload a book?
  • alejandro carmonahas quoted3 years ago
    borrar es el nuevo guardar
  • Miguel Velascohas quoted4 years ago
    Solo para empezar, Google procesa e indexa todos los correos que pasan por sus manos para vendernos publicidad personalizada. Indexar significa que nuestro nombre o nuestros temas de conversación pueden aparecer en los resultados de búsquedas, no solo en Google sino en otros lugares y contextos como, por ejemplo, un aeropuerto. Los acuerdos de usuario que nunca leemos (llamados EULA: End User Licence Agreement) y que siempre firmamos como precondición para acceder al servicio deseado, no solo garantizan a la empresa de servicios el acceso indiscriminado a nuestros correos y conversaciones, también se reservan el derecho a compartirlo con terceros y venderlo al mejor postor. Esto incluye otras empresas que estudian tu comportamiento para formular patrones de todo tipo, principalmente de consumo pero también de tipo político y socioeconómico.
  • Miguel Velascohas quoted4 years ago
    ¿Cómodo, fácil, conveniente y gratis? Si algo parece demasiado bueno para ser cierto, es porque lo es. ¿Qué pensaríamos de un desconocido que nos ofrece recibir todo nuestro correo en su casa sin cobrarnos nada, por la simple satisfacción de hacernos la vida más fácil? ¿Sospecharíamos de sus intenciones o le entregaríamos alegremente nuestros datos fiscales y una autorización para tirar sin preguntarnos todo lo que parezca propaganda? A todos los servicios online, y especialmente a todo lo que tiene que ver con la red social, se aplica sin excepción el famoso proverbio: Si no lo pagas, no eres el cliente, eres el producto.
  • Miguel Velascohas quoted4 years ago
    Puede que no tengamos nada que ocultar, pero sí tenemos mucho que temer. En una sociedad ultravigilada, todo el mundo es antisistema.
  • Miguel Velascohas quoted4 years ago
    Hace unos años, la mayor base de datos personales del mundo no la tenía la CIA ni el FBI sino Wallmart, gracias a un ingenioso sistema por el cual los clientes renunciaban a su privacidad a cambio de un minúsculo descuento en sus compras al final de mes: la tarjeta de puntos. Hoy las entrañas de la Red esconden una máquina despersonalizada y sistemática que registra, procesa, filtra y analiza todos nuestros movimientos con la misma sencilla intención de vendernos cosas. Los Data Centers de Amazon, Facebook, Twitter o Google no son grandes solo porque guardan todos nuestros correos, ni son ricos solo por vender publicidad.
  • Miguel Velascohas quoted4 years ago
    Si estas cosas pasaran a pie de calle, nos parecerían un ataque ultrajante a nuestra intimidad, pero la mayor parte del tiempo no lo vemos así porque el sistema nos hace creer que su trabajo es hacernos felices. A cambio de nuestra intimidad, la máquina recompone el mundo a la medida de nuestras compras, preferencias, pagos, amigos y recomendaciones. Gracias a nuestra indiscreción, Amazon solo nos ofrece libros que nos gustan, Spotify pincha nuestros grupos favoritos y Facebook sabe quién cumple años esta semana para que compremos el regalo con tiempo y reservemos mesa en el restaurante adecuado. La Red se ha convertido en la más eficiente de las secretarias porque sabe quiénes somos mejor que nosotros mismos, pero no trabaja para nosotros. Nosotros somos la carne que está siendo masticada por un mercado tentacular que no está sujeto a una regulación efectiva.
  • Miguel Velascohas quoted4 years ago
    Análisis de Conducta, Análisis de Redes Sociales, Sentiment Analysis, Minería de datos, Escucha activa, Big Data... los nombres no son neutros ni descriptivos, sino todo lo contrario. Cada vez que escribimos algo en un buscador, creamos un usuario en una red social o mandamos un correo por Gmail, aceptamos que la empresa responsable venderá nuestros datos a terceros para hacer cosas con ellos que no sabemos ni nos imaginamos, sin necesidad de autorización, a menudo en lugares donde la ley no nos protege. Nuestros datos cambian de manos a gran velocidad, casi siempre por dinero, a veces por descuido y, en el peor de los casos, por la fuerza. Porque nuestra secretaria es eficiente pero no siempre discreta y hay un número creciente de criminales que se interesan por nuestros números de tarjeta, transacciones bancarias y cartillas médicas.
    Todo esto es capitalismo, pero ahora sabemos que también hay conspiración.
  • Miguel Velascohas quoted4 years ago
    Más aún, la sección 215 de la Patriot Act americana prohíbe a cualquier empresa u organización revelar que ha cedido datos sobre sus clientes al gobierno federal. Eso significa que si el gobierno de Estados Unidos quiere leer tu historial —desde tus cartas de amor a tus chats con disidentes—, las grandes empresas que lo guardan —Google, Facebook o Twitter— están obligadas a facilitar los datos sin poder advertir al usuario de que el registro ha tenido lugar. Ni siquiera pueden poner un papelito que diga que tus pertenencias han sido registradas, como hacen en los aeropuertos con las maletas que facturas.
  • Miguel Velascohas quoted4 years ago
    primera vez en la historia somos capaces de cruzar cantidades absurdas de detalles insignificantes para sacar conclusiones estadísticas sobre el comportamiento humano. Bienvenidos a la era del Big Data.
    Parece una conspiración, pero en este caso es solo capitalismo aplicado a la Era Digital.
fb2epub
Drag & drop your files (not more than 5 at once)