En el fútbol se manifiesta con generosidad el placer de disfrutar con los errores ajenos. Los alemanes utilizan un término, «Schadenfreude», para recoger esa mala práctica de regodearse del mal ajeno. En España, quizás, se resuelve con el «choteo» al contrario.
Con 73 años me agarro al fútbol como medicina mental, estudiando su evolución permanente como superación personal. Y analizo planteamientos como el de Miguel Delibes: «Creo que el fútbol era hace setenta años más espontáneo y menos táctico, con la consecuencia de que se metían muchos más goles». Decía Juan Cruz que «En el fútbol la melancolía dura hasta el partido siguiente».