— ¿Y éste es el último libro de su pentalogía?
— Ya lo sabes bien. Penta es cinco y este es el quinto.
Lo mismo que por ejemplo, pentagrama quiere decir cinco líneas que se utilizan en música para leer y escribir, pentagrama quiere decir «caja de cuatro… caras…". Bueno; este ejemplo no me sirve. Tendría que llamarse hexabrik.
Lo que creo es que el mensaje que te quería transmitir, a ti, al resto de esta generación y a los de las generaciones que viene, si es que les interesa, está ya completo.
Volumen I.— Introducción muy elemental para los que pretendan iniciarse en este mundo tan propicio a todos los efectos.
Volumen II.— Trabajo sobre la introspección y el autoconocimiento.
Volumen III.— Saliendo de tu ego hacia los demás, hacia lo infinito y hacia lo eterno. El yogui nunca se ensimisma en sí mismo.
Volumen IV.— Los diferentes caminos en la búsqueda del Ser, de la Esencia de Dios.
Volumen V.— La evolución integral y universal. La perfección. El Samadhi. El éxtasis. El Satori. Llegar a la iluminación de la manera más natural. Al tiempo, intentando mantener limpio el aire que respiras y nutritivos los alimentos que comes. Naturalmente, meditando.
Pero yo quería que me contaras más cosas. Tienes una forma de expresarse muy peculiar.
— Me alegro que te guste. Pero en definitiva, el tiempo y el espacio solo son unas coordenadas para que juguemos nuestros denarios: sin enterrarlo en un agujero, sin esconder el cuerpo físico detrás de los ropajes, ni el cuerpo mental y espiritual detrás de una sólida capa de superego.
— Y si el tiempo y el espacio no existen, tampoco tenemos porqué despedirnos. Entonces, hasta siempre. Igualmente.
— Hasta simpre.