Shit, me dijo mirándome a los ojos. Qué?, le pregunté. Me da miedo seguir caminando. Por qué?, dije un poco asustada. Me da un poquito de miedo salir del barrio, dijo con un temblequito en las manos. Nos sentamos en un tolmo piedra que había en el suelo. Me quedé callada. Miré al cielo y las nubes se estaban moviendo. Estaban muy oscuras, muy pegaditas a nuestras cabezas. Pensé que ya horita iba a llover. A mí también me da un fisquito de miedo, la verdad, le dije después. Se lo dije así, pero la verdad es que no me daba miedo seguir caminando. No me daba ni fisquito miedo, la verdad.