Estos tres textos reflejan el interés que suscitó Homero a lo largo de toda la Antigüedad, y atestiguan diversas líneas del comentario filológico.
Compuesto hacia el siglo II d.C., una época de erudición y mímesis, Sobre la vida y poesía de Homero es testimonio de ilimitada admiración por la poesía homérica y su autor. Pertenece a la tradición de exégesis alegórica de los poemas de Homero (puede compararse con las Alegorías de Homero, de Heráclito, también aparecidas en esta colección), y no se resiste a participar en la infecunda búsqueda de una biografía. Nada sabemos de su autor –se han citado y refutado los nombres de Plutarco, Porfirio y Dionisio de Halicarnaso–, que será cualquiera del sinfín de filólogos antiguos adeptos de Homero. La obra se divide en dos partes (probablemente debidas a dos autores distintos), dedicadas a vida y obra, con predominio de la segunda, un comentario de la forma y el contenido de la Ilíada y la Odisea.
Porfirio (Tiro, 232 — Roma, principios de siglo IV), discípulo de Plotino, compuso con El antro de las ninfas de la Odisea un curioso comentario alegórico a un célebre pasaje homérico, en una muestra característica de un tipo de exégesis que los neoplatónicos practicaron con gran habilidad, y cuyo tono armoniza con el texto anterior.
Finalmente, Sobre los dioses y el mundo, opúsculo teológico de la segunda mitad del siglo IV y de autor desconocido, es una breve, clara y amena introducción a una teología pagana ya agonizante.