En un proceso inédito de políticas públicas, que contempló la participación y colaboración de los tres poderes del Estado, de la comunidad jurídica, de la academia, de organismos de la investigación y el pensamiento y de los medios de comunicación, Chile logró transformar su vetusta Justicia Criminal inquisitoria y secreta en una adversarial, oral y pública.Soledad Alvear Valenzuela y Rafael Blanco Suárez, quienes impulsaron desde sus inicios la que fue llamada la ‘Reforma del Siglo’, se atrevieron a ir en este texto más allá de la descripción de la transformación de los procedimientos, aportando en materia de gestión de iniciativas modernizadoras del Estado.