Heredero de los preceptos de la Antigüedad y de Bernini, Auguste Rodin (1840 — 1917) recibió una innegable influencia de Miguel Ángel, en particular, por su obra Los esclavos. Y como Miguel Ángel, Rodin gozó de fama y fortuna (doctor honoris causa y miembro de la Legión de Honor, entre otras), aunque ciertos escándalos y controversias mancharon su reputación: sus esculturas de Víctor Hugo y de Balzac fueron rechazadas y El beso fue considerada demasiado erótica.
Sin embargo, a pesar de tener muchas amantes y de haberse encaprichado con su estudiante Camille Claudel, quien esculpía el cuerpo femenino mejor que nadie, pleno de realismo y sensualidad, Rodin sigue siendo uno de los artistas más determinantes en la escultura del siglo XX.
“Venus y Eva son palabras demasiado simples para describir la belleza de la mujer”. (Rodin)
Este libro revela la vida de Rodin, a través del estudio de sus obras más famosas, como Las puertas del infierno, El pensador y El beso.