los procesos de fusión siguen una línea: cuando acaba la fusión del hidrógeno comienza la del helio. Tras la del helio va la del carbono. Y así sucesivamente con gran parte de la tabla periódica. De esta forma se van creando progresivamente todos los elementos hasta llegar al hierro, que es el elemento «más estable». Estable en el siguiente sentido: es el punto en el que ya no cabe nadie más en el piso de las parejas. Si viene a vivir una nueva pareja ya no hace más barata la convivencia, sino un pelín más cara. Gracias a estos procesos estelares se forman los elementos de los que estamos hechos, como el carbono, el oxígeno, el nitrógeno, el silicio de las rocas, el hierro de la sangre… Todos los átomos de nuestro cuerpo y nuestro entorno se forjaron en una estrella (menos el hidrógeno y el helio, que lo hicieron en el Big Bang). Y es gracias a las supernovas que estos elementos se repartieron por el espacio.