«¿En 1989 para qué dio la gente su vida, para que nosotros tuviéramos más Coca-Cola y más McDonald’s? ¿Para que nos convirtiéramos en esclavos del FMI? ¿Murieron para que cada vez más personas nos vayamos de esta Rumanía que no puede ofrecernos una vida decente? ¿Muertos para que miles de personas mayores duerman en la calle y sucumban al frío? ¿Para que la Iglesia ortodoxa fuera un negocio próspero que no paga ni un solo impuesto al Estado? En 1989 dieron su vida por nuestra libertad. Fue su regalo de Navidad. ¿Dónde está ese regalo? ¿Qué hemos hecho con esa libertad? ¿Acaso está guardada en un sótano, o es que la observamos con mirada distraída, como si fuera un viejo programa de televisión?»