Consumada la Modernidad, el progresivo interés por el aspecto semántico relativo a los hechos del lenguaje ha ensanchado de modo natural el límite de la descripción oracional, por tratarse de una unidad de descripción demasiado estrecha para referir fenómenos asociados al tema o tópico del discurso, tales como los de 'coherencia', 'presuposición', 'intención', entre otros.
En razón de esto, el límite oracional se ha extendido hasta el de la 'macroestructura' entendida, en parte, como un nivel que permite explicar ciertas constricciones semánticas de las secuencias discursivas y asociarlas a los contextos de producción, en cuanto actos de habla.
En consecuencia, en la actualidad se ha producido un movimiento tendiente a restaurar el equilibrio entre los aspectos biológicos y sociales del lenguaje; hecho que el propio maestro ginebrino soñó al vaticinar lo que habría de darse en llamar la semiología.