—Por ahora me tengo que ir porque ya es tarde, pero mañana vamos a ir en busca de Karino, nos vemos a las diez en el parquecito —dijo Gabriela.
—Órale —le dije al despedirla desde la puerta, y mientras la veía alejarse, no se por qué, me puse a chiflar una canción de La Oreja de Van Gogh.