Espérenme que ya vuelvo es un texto que atrapa al lector desde el comienzo y no le permite alejarse hasta el final. Hilarante y burlesca el lector puede sospechar —y bien que hace— que debajo de su apariencia se esconde un drama, una de las grandes escenas trágicas de la historia argentina. Teodoro Boot sabe pasar de la caricatura a la nostalgia; administra sabiamente la información para terminar esta exquisita novela a toda orquesta.