Cuando Francklin solicitaba de Luis XVI el reconocimiento de la independencia de los Estados Unidos, el Rey le preguntó si tenían los americanos medios y elementos para ser independientes; y el sabio diplomático contestó: Seremos independientes, porque nuestras mujeres lo quieren.
El ilustre patriota, el célebre naturalista de quien se ha dicho que arrancó el rayo al cielo, y el cetro á los tiranos, comprendió la importancia de la iniciativa femenina. Querer desconocerla, es una obcecación, porque la mujer es el alma de la humanidad.