Sherlock Holmes y Aleister Crowley cruzaron sus caminos brevemente por primera vez en 1895, durante el caso de la Sabiduría de los muertos. Ahora, el mejor detective del mundo debe impedir que «el hombre más perverso de su época» lleve a cabo sus temibles planes. Lo que Sherlock Holmes ignora es que el precio que deberá pagar por ello es, tal vez, demasiado alto.
En La boca del infierno, el universo contruído por Martínez usando la figura de Sherlock Holmes como foco va ganando amplitud y complejidad mientras narra hechos relacionados con la segunda novela, Las huellas del poeta, desvela algunos misterios y presenta nuevos personajes y prepara las piezas para la siguiente novela del ciclo: El heredero de Nadie.