seres humanos son en esencia sabiduría, verdad, bondad y belleza, pero, cuando se alejan de ese conocimiento, esa ausencia de luz favorece que aparezca la oscuridad.
El uso de nuestra razón y de nuestra capacidad de reflexión nos permite acceder a un conocimiento que está más allá del conocimiento de los sentidos. Hay un saber innato que para desplegarse precisa de un viaje interior.
Recuperar la capacidad de asombrarnos y de observar con un espíritu de curiosidad y fascinación puede ayudarnos a franquear las barreras de lo razonable y acceder a lo que no parecía posible.
Podemos influir en unas cosas pero no en otras. Sin embargo, siempre tenemos la libertad de decidir quién queremos