Para discutir con las neurociencias, la neurobiología en particular, hay que hacerlo con la que lleva sus propuestas al extremo, sin atajos salvadores y desde un psicoanálisis dispuesto a sostener sus propias hipótesis, sin pretender fundarlas en otros campos con el propósito de otorgarle “cientificidad”. El psicoanálisis tiene su propio dispositivo de investigación, de producción teórica y método de validación lo que no está exento de dificultades en la medida que el analista está fuertemente implicado en aquello que estudia. El investigador científico también lo está pero no lo sabe, ese es el punto.
El nacimiento del psicoanálisis no es la consecuencia de la aplicación rigurosa de un método, es la obra de un genio. Que su condición de posibilidad haya sido, como vimos, el surgimiento de la ciencia en el mundo de las ideas, no implica que su invención no haya sido contingente.