Grínor Rojo plantea que es necesaria la crítica para el desarrollo democrático, y por ello explora cada una de estas nociones, su desarrollo en la historia, hasta cómo se entienden hoy en día. En este ejercicio los ciudadanos pueden desenmarañar ideas que no son ajenas, pues tienen repercusiones en las decisiones que se tomen respecto de las vidas de cada uno. Esas vidas individuales y comunitarias dependen del ejercicio crítico y democrático de todos y no solamente de aquellos que se proclaman como técnicamente aptos.