Aceites convulsionantes: A este grupo pertenecen los aceites esenciales de ajenjo, alcaravea, anís, badiana, eneldo, hinojo, hisopo, menta, perejil, pino, romero, ruda, salvia, tanaceto y thuya.
Aceites narcóticos y estupefacientes: Los aceites esenciales que producen estos efectos son la albahaca, la angélica, el anís, la badiana, el comino, el coriandro, el enebro, el eucalipto, el hinojo, la lavanda, la melisa, la nuez moscada, el tomillo y el serpol.
Aceites fototóxicos o irritantes sobre la piel: Los aceites que pueden producir una acción tóxica sobre la piel son la angélica, la bergamota, el comino, el eucalipto, el laurel, el limón, la melisa, la naranja, el pino, la ruda y el tomillo.
Aceites abortivos: Los aceites esenciales que pueden ocasionar un efecto abortivo son el ajenjo, la ruda, la sabina, el tanaceto y la thuya.
Aceites hepatóxicos: El aceite de nuez moscada puede ocasionar este tipo de trastornos.
Aceites neurotóxicos: El eucalipto y la sabina pertenecerían a este tipo de categoría