Sí mi Dios, sí amor. Sí sólo tú me escucharas. Yo
soy un buen muchacho, yo no soy malo, y
todavía puedo abrazar a mi amor con todas mis
fuerzas ¿tú sabes? Sí, vuestra hermosa, adorada
faz hace que mis pobres brazos, mis piernas, mis
ojos, mi pecho, mi cara, corran y exploten por
usted. Yo soy un hombre enamorado y usted
conoce lo vasto de mi necesidad. Estoy muerto,
mas todavía busco en el cielo el milagro de
vuestro rostro descendiendo como las antiguas
estrellas Apaches sobre mí.
Yo os amo... Yo os amo... Yo os amo mi Señora