Algunas veces he pretendido poner mi corazón en lo que me ha parecido que no tenía corazón. El hueco vacío que he sentido fuera de mí se me ha llevado el centro.
He abandonado mi corazón en el lugar del corazón de un hombre abandonado, para ver si allí podía sosegarme.
¿Qué significa “abandonado”? Significa que te han dicho: “Tú te quedas aquí, en el borde de este camino, como en el borde de cualquier camino. Tú estarás en cualquier parte. Caminarás por donde yo no te vea. Vivirás sin que otro conozca tu nombre. Sin que nadie te dé el nombre por el que te llamé, que es tu nombre propio”.
Entre las manos de otro pecho dejé mi corazón, que nadie buscaba recobrar.
Todos los hombres están abandonados.
Pero mi corazón, fuera de lugar, no ha servido de nada.
En vez de latir sosegado, se ha puesto a rugir.
“Abandonado” comparte una raíz con “bandido”.
Cuando me he vuelto sobre mi pecho y he visto el hueco que he dejado, he lanzado palabras furiosas para enlazar mi corazón: palabras que pudieran oírse por encima de su rugido y lo hicieran volver.
¿Qué significa “abandonada”? Significa descalza. Con un vestidito blanco que se transparenta. Hija del hombre. La última a la derecha de un grupo de hombres alineados hombro con hombro y mirando al frente. De menor estatura que todos ellos. Significa muy pobre.
De regreso de la pretensión de amar –del abandono, el bandidaje– he vuelto a escribir. He izado mi corazón desbandado, atado a su cuerda nuevamente.
“Abandonada” y “bandera” comparten una misma raíz. Como “corazón” y “cuerda”.
Ese es el desenlace de la historia.
La continuidad de la historia es el intento por poner el corazón –no el mío sino el nuestro– en su otro lugar, que no es el pecho de nadie.