Decías labios rojos en la mañana con voz de pajarillo,
decías que los ángeles no dejarían las esquinas de mi cama,
decías ardiente y las polillas murmuraban a mis espaldas,
decías adiós a los sacramentos de la edad adulta,
decías vida de perros sin pensar en los acantilados,
decías amor,
decías nada,
decías piernas de cazador y mente de abeja reina,
decías víscera y desolación,
decías eco.