Clara Campoamor (1888–1972) fue la campeona del feminismo y consiguió, contra la opinión de su propio partido y de la socialista Victoria Kent, que las Cortes Constituyentes de la II República aprobaran el sufragio femenino. La primavera de 1936 sorprendió a Clara en Madrid, donde asistió a los prolegómenos de la Revolución y, ya en verano, al estallido de la Guerra Civil, de la que esta obra constituye uno de los primeros testimonios. Campoamor, temiendo por su vida, tuvo que huir de la zona republicana en el otoño de 1936, y se instaló en Suiza. A finales de aquel año había redactado el cuerpo principal de La revolución española vista por una republicana, que se publicó en francés, en 1937. Esta obra, originalísima, no se limita a reflejar el terror vivido en Madrid durante los primeros meses de la guerra, sino que constituye un clarividente análisis de los orígenes de la guerra, así como de las previsibles dificultades que nacerían de la victoria de cualquiera de los contendientes.