Verás, la mayoría de los que venimos aquí tenemos algo dentro que no podemos controlar. Pasamos mucho tiempo angustiados, pensando que somos diferentes, que somos monstruosos, que la gente no nos va a aceptar. Hasta que comprendemos que ese lado salvaje también forma parte de nosotros mismos; no hay que luchar contra él, solo aprender a controlarlo y canalizarlo de forma adecuada. Entonces aprendemos que no se trata de un error de la naturaleza; es un don, un regalo, si hacemos buen uso de él.