Revolucionario consecuente o demagogo oportunista, republicano sincero o agente corrompido de la Monarquía, adversario del nacionalismo o nacionalista español, gobernante integrador y posibilista o político débil, vacuo y renegado. La trayectoria de Alejandro Lerroux (1864–1949), líder del Partido Republicano Radical, continúa suscitando opiniones encontradas. Su progresiva evolución desde la izquierda republicana de su juventud hasta el liberalismo templado y democrático de su madurez tuvo efectos paradójicos en su liderazgo. Fue el dirigente más caracterizado entre los que deseaban una ruptura revolucionaria con la Monarquía constitucional y la Dictadura de Primo de Rivera. Pero también fue el político más valorado por quienes pretendían cerrar el proceso revolucionario abierto con el pronunciamiento militar de 1923 por la vía de una República constitucional, inclusiva y tolerante.
Este libro es la biografía política de uno de los personajes más sugestivos de la España contemporánea. Lerroux encarna como nadie el nexo entre dos maneras distintas de entender la política, a caballo entre los siglos XIX y XX. Educado en un movimiento dogmático y abonado a la conspiración y el pronunciamiento, se convirtió en el creador de un republicanismo de masas pragmático e interclasista, que articularía además en uno de los primeros partidos modernos y competitivos de nuestra historia. Joven adversario de la política constitucional, Lerroux acabó liderando, a partir de 1910 y hasta 1936, el intento más alentador y coherente de hacer compatibles la democracia liberal y la República en España.