Lo envolvente de sus atmósferas —densas como la pasión, asfixiantes como la necesidad, vastas como la vida misma, profundas como sólo puede serlo el más banal de nuestros gestos, ineludibles como la última cita con la fragilidad de nuestros minutos— tal vez sea el rasgo más destacado en la obra narrativa de José Revueltas (1914–1972).De ello dan cuenta los relatos reunidos en Estatuas y cenizas, volumen formado especialmente para esta Ronda de Clásicos Mexicanos. Sus páginas dan una idea del complejo universo que Revueltas construyó desde sus primeros títulos hasta el maduro y deslumbrante repertorio literario que formó en la agitada etapa final de su vida, un arco temporal siempre tocado por la intensidad de su rebeldía y la enorme estatura de su compromiso social.