Las ciencias sociales y los organismos internacionales han mostrado acertadamente a la mujer como víctima, como figura pasiva y débil receptora de la violencia, en general, y también de la infligida por su pareja masculina e incluso por su familia. Ahora bien, aunque las mujeres han sido históricamente víctimas y no ejecutoras, hay un creciente número de ellas que se transforman en victimarias por su participación en el delito, por su ingreso en las fuerzas militares o policiales o en su propio hogar.
En Venezuela, la interpretación que puede hacerse de ese proceso es compleja y requiere estudiar y examinar continuamente las modificaciones que ocurren en el comportamiento humano, las tensiones derivadas del contexto de exclusión y violencia que afronta un alto número de familias y el papel de la cultura de género en estos cambios. De allí el interés y la importancia de esta investigación: explorar ese terreno donde la mujer es victimaria, a fin de examinar los factores e implicaciones que tiene este tipo de comportamiento, más aún ante la situación de crisis social, política y económica que padecemos desde comienzos del siglo XXI.