Leer tantos casos de agresiones y cómo la violación (y su cultura) afecta a distintas personas y contextos me dolió y enojó por partes iguales. Que se tache a esos abusos como que "no es para tanto", que no se les crea, que las víctimas pasan décadas superando (y recordando) esos eventos, que les cueste tanto hablar de eso y que algunos ensayos te rompen el corazón son algunas de las razones por las que recomiendo este libro.