Un libro prodigioso por su sinceridad y pasión conmovedoras, Premio Nacional de Estados Unidos a la Mejor Obra de No-ficción de 2005 (The National Book Award), escrito por una de las más emblemáticas escritoras norteamericanas. Joan Didion explora una experiencia intensamente personal y, no obstante, universal: el retrato de un matrimonio — y de una vida en los buenos y en los malos tiempos — que impresionará a cualquiera que haya amado a un marido, a una mujer o a un hijo. Unos días antes de la Navidad de 2003, Quintana, la única hija de John Gregory Dunne y Joan Didion, cayó enferma con lo que en un principio parecía una gripe, pero que rápidamente evolucionó a neumonía y acabó en un choque séptico. Durante varias semanas permaneció en coma inducido y con respiración artificial. Unos días después, la víspera de Nochebuena, los Dunne se disponían a cenar tras haber visitado a su hija en el hospital, cuando John Gregory Dunne sufrió un infarto mortal. En unos segundos, la relación íntima y simbiótica de estos dos escritores a lo largo de cuarenta años, acabó. Cuatro semanas más tarde, su hija superó el coma. Dos meses después, a su llegada al aeropuerto de Los Ángeles, Quintana cayó desplomada a causa de una hemorragia cerebral masiva y tuvo que ser sometida a una intervención de neurocirugía en el Centro Médico de la Universidad de California (UCLA). Este poderoso libro es el intento de Didion para encontrar sentido a las “semanas y meses que desbarataron cualquier idea previa que yo tuviera sobre la muerte, la enfermedad […] el matrimonio y los hijos y el recuerdo […] la precariedad de la cordura y sobre la vida misma”.