Fiestas, chicos, coqueteos y bailes. Sí, estas definitivamente no son las palabras correctas para definir a Katherine Stuart. Es por ello que la noche de octubre en la que conoce a Ashton Bratter no se cree su suerte.
Él es un cantante británico internacionalmente reconocido, es atractivo, caballeroso y parece encajar perfectamente con la dulzura que caracteriza a Katherine. Él es el sueño que no llegó a tener, pero que ahora habita su cabeza enloqueciéndola con nuevos sentimientos.
Por su parte, Ashton nunca ha sido de imitar o recrear los clichés —suele bromear sobre ellos—, pero sin darse cuenta se encuentra imitándolos para sacar la sonrisa de una Fiver que alega haber comprado su CD y votado por él dos veces en unos premios.
Esos son Katherine y Ashton, dos personas que aún no saben cómo se encontraron ni cómo justamente les tocó a ellos vivir momentos tan especiales. Entre risas, mensajes, correos y videollamadas fueron dando un paso tras otro, convirtiendo los sentimientos en algo más real.
¿Qué pasa cuando aparecen los sentimientos confusos y erróneos? Katherine cae, y lo hace tan profundo que se niega a ver una manera de salir.
La vida está llena de aciertos y errores, Katherine lo sabe muy bien, es por ello que no se detiene para cautivar a Ashton. Sabe que siempre hay segundas oportunidades, y está decidida a demostrarle a Ashton que ella merece una.
Katherine está luchando por su segunda oportunidad. Está cautivando a Ashton.