En 1 Corintios 13, Pablo sitúa el amor como el centro esencial de la vida en Cristo. Todos los demás dones espirituales no son nada en comparación. Pero el amor que se describe en estos versículos es absolutamente radical.
En medio de las tensiones culturales de Sri Lanka, la obra pastoral de Ajith Fernando llevaba a menudo a una pregunta muy real y honesta: "¿Puede realmente ponerse en práctica la enseñanza bíblica del amor?". La respuesta que él encontró fue un «sí" rotundo. El amor radical de Dios no solo es real, sino que es la clave para el gozo en medio del sufrimiento y del dolor de este mundo.