En mayor o menor medida todos hemos sido alguna vez noctámbulos. Hemos preferido permanecer despiertos, no dormir y adentrarnos en la noche como quien accede a un desván lleno de sorpresas y misterios. En el poemario “Conversaciones nocturnas” mi propósito ha sido realizar un recorrido por algunas de las conversaciones nocturnas que las personas tenemos en las distintas etapas de la vida: infancia, adolescencia, juventud, madurez, vejez y, también (por qué no aventurarse al juego y a la suposición) más allá de la vida, en otro estado y dimensión: las conversaciones y señales de los fantasmas.