saber, por tanto, que cada persona tiene un destino propio, su sino, y que tendrá lecciones específicas que aprender y mitos personales que vivir, y que nosotros no podemos controlar, ni siquiera conocer, todo el potencial que se oculta tras ello, he llegado a la conclusión de que en tales circunstancias «Di la verdad» y «Reza para que todo salga bien» es lo más idóneo que podemos hacer