Su segunda novela, La línea dura, es interesante a partir del planteamiento: los tres últimos días de la vida de un sastre que decide tomar una chinampa en Xochimilco y declararla el segundo territorio libre de América. La historia de este sastre le da la oportunidad a Gerardo de la Torre de jugar hasta encontrar su propia libertad en el terreno de la escritura. Si Ensayo general gozaba ya de una estructura impecable y de un lenguaje narrativo propio del escritor, en La línea dura los perfecciona echando mano de un elemento nuevo: el humor. Sin embargo, lo que descubrimos en las acciones del sastre es una historia profundamente dolorosa a pesar de la ironía. Silvia Molina