A veces con ciertas personas opto por el silencio y la distancia y me
preguntan, “¿por qué estás tan callado?, y les digo: “esperando a que
cambiemos de tema”. “¿Supiste que despidieron a aquel, te enteraste que se
murió aquella, supiste a quién le encontraron una enfermedad terminal?”, y
yo les digo: ¿cuándo me vas a traer una noticia buena, cuándo vas a hablar
de las posibilidades que hay, cuándo vas a ver el vaso medio lleno? Puede
ser incluso que eso le ocurra con seres cercanos, pero para ser ricos
necesitamos otro tipo de mensajes.