No se lee con el cerebro izquierdo puesto que no está compuesto de la combinación de signos (letras) sin sentido propio, se lee con el cerebro derecho, que no está especializado en operaciones analíticas sino que, por el contrario, sobresale en el reconocimiento de formas y funciona con una lógica imprecisa; aptitud que nos hace decir a veces “ya he visto esta cara en alguna parte”. Los ideogramas no se “leen”, se reconocen.