Cuando abandonó su pueblo natal, estaba resuelta a dejar atrás los recuerdos de su dolorosa infancia. En Nueva York, llegó a convertirse en una artista de renombre, artífice de verdaderas pesadillas esculpidas en metal y piedra. Pero las pesadillas la acompañaron hasta llevarla de vuelta al hogar. Habían transcurrido más de diez años, pero el pueblito no había cambiado. Esas eran las primeras personas con las que Clare había crecido. La gente que la reconfortó después de la trágica muerte de su padre, la misma gente que había dado vuelta la espalda al mal que habitaba en medio de ellos, un mal que tomaba la forma de ritos ocultos y perversos. Clare tenía seis años la primera vez que vislumbró el mal. Ahora la niña era una mujer, una mujer que acababa de descubrir el amor. Pero su sueño aterrador estaba tornándose realidad. Una trama que combina el romance y la intriga, con la fascinante atracción de lo inexplicable y maligno.