«Mi historia es otra historia más, tan sencilla y delicada como la de cualquier otro inmigrante italiano. Pero con tantas ansias de superación que es lo que termina por diferenciar a unos de otros y con la satisfacción de haberlo logrado. No por el reconocimiento público, ni por la superación al semejante, sino por la superación a sí mismo. Me daré por satisfecho si puedo dejar en claro que me he superado porque así lo siento cada mañana y cada noche y sigo intentando hacerlo día a día» (Miguel Bornaschella).
«La vida me tenía reservada su confianza para llevar a cabo este relato. No solo eso, sino la oportunidad para repreguntar, el espacio necesario que me ha dado para poder inmiscuirme en sus sentimientos y poder conocer no solo lo necesario sino todo lo que la curiosidad demandaba para completar el panorama. Gracias a unas y otras he podido situar ante mis ojos una historia tan emocionante que no creo que la pluma tenga la habilidad de detallar con la fidelidad necesaria» (Alberto Miramontes).