«Benedicto XVI nos dice dos palabras sustanciales para comprender el Misterio de la salvación cristiana. la primera es la palabra belleza. Ésta revela la inexorable nostalgia del hombre por la verdad, la justicia y el bien, es decir, la nostalgia de Dios (…) La segunda es la palabra Iglesia. La Iglesia es el lugar a través del cual cada hombre encuentra el acceso al Padre y se hace hijo de Dios en Su pueblo» (de la Introducción).