La vida actual nos agobia, nos lanza hacia el exterior, nos mantiene distraídos. Necesitamos un espacio de silencio, de soledad, para reencontrarnos cada día con nosotros mismos. Luis López quiere compartir en este libro la búsqueda de la paz y el ejercicio de la contemplación que le han acompañado desde hace décadas. Y hacerlo en esta ocasión rastreando al Dios de Jesús en el silencio del misterio.