A un lado, la CIA. Al otro, el Vaticano. En medio, un secreto y un asesino diferente.
Dos científicos y una recepcionista del Instituto de Ciencias de París aparecen ejecutados. La ciudad del amor es testigo de los crímenes. Por otra parte, en Londres se organiza un plan encomendado por la Santa Sede. El objetivo: evitar por todos los medios que un insólito hallazgo salga a luz. Cueste lo que cueste. El silencio es la clave.
Julia White, agente de la CIA acaba de morir. James Miller, su compañero y Amelie, la hija de Julia, se citan en un lugar emblemático. Ignoran lo que está pasando.
Robert Hawkins, médico. Obligado a matar por parte de la Hermandad, una antigua orden eclesiástica. Los sacerdotes y, en especial, el Cuervo, saben algo que la mayoría desconoce.
Agentes especiales infiltrados. Personajes oscuros. Individuos coaccionados por su pasado, atrapados entre el silencio y el desvelo. Perversos ojos clavados en espaladas como puñales, vigilando. Está todo planeado.
¿Somos conscientes de dónde venimos? ¿Serías capaz de guardar un secreto tan extraordinario? ¿Morirías porque así fuera? ¿O quizá estás pensando en lucrarte con él?
¿La mejor opción? El silencio. No es conveniente jugar con cierto tipo de monstruos. Además, es mejor obedecer si no quieres acabar bajo tierra.
¿Es fácil? En una palabra: NO.