otra acción innovadora, concebida por dos estudiantes indios [cómo trabajan los jóvenes, ¿eh? Siempre he albergado esperanzas en ellos, y tengo razón], dirigida a pequeñas empresas para que recuperen sus emisiones de CO2 a un coste reducido. Se trata de un disolvente que costaría 30 dólares por tonelada de CO2, reciclado después, también en este caso, en forma de bicarbonato de sodio. Así de simple. La empresa que ha desarrollado este invento, empresa cuyo nombre merece ser citado (Carbon Clean Solutions),