Poseidón expresó su conformidad con un bramido y clavó su tridente en la Acrópolis. La tierra tembló y de la roca brotó una fuente de agua de mar. Atenea guardó silencio. Se inclinó sobre la tierra y plantó un semillero. «Esperad», dijo. Y de aquel semillero, que fue el primer olivo, salió aceite, alimento, madera, yesca y toda clase de cosas útiles.